El perfil del emprendedor para obtener el éxito

El perfil ideal para emprender con éxito

 

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emprender es un trabajo de equipo

Emprender con éxito requiere de mucho aprendizaje y, contrario al  mensaje principal de las biografías de los héroes solitarios: emprender es un trabajo de equipo, por lo que; si te inicias como fundador de una idea innovadora en el mundo de las startups,  tienes  que desarrollar habilidades que definen un perfil adecuado para liderar -de manera efectiva- un equipo de trabajo, con:

  • Escasa o ninguna experiencia de negocios
  • Limitados recursos financieros
  • Un perfil de conocimiento o profesional similar

La buena noticia es que la gran mayoría de estas destrezas pueden ser aprendidas en ese rico, complejo, retador y, a ratos muy duro, laboratorio de vida que has escogido para desarrollar tu propuesta de valor: tu Startup.

Comencemos por el principio, tu ambición: lo ideal es que apuntes alto, porque en algún momento, cuando te prepares a escalar el modelo de negocio de tu producto o servicio, vas a requerir fondos para financiar tu iniciativa. En estas circunstancias los inversores potenciales dan preferencia a aquellas startups con un mercado objetivo global o regional. Si desde el principio, has pensado en ofrecer tus productos o servicios más allá de la región o país desde donde emprendes, será más fácil incorporar en tu plan de expansión una estrategia lógica -y bien fundamentada- de uso de recursos financieros para capturar una participación del mercado internacional.

¿Has desarrollado una visión clara de lo que quieres alcanzar? Tu visión del negocio te ayudará a comunicar de manera efectiva las propuestas de valor de tu iniciativa a:

  • Los socios, directivos y la organización que te acompaña: condición necesaria para dotar al equipo de un sentido de pertenencia y de compromiso al logro de metas y objetivos.
  • Aliados estratégicos: en la mayoría de los casos los socios fundadores comparten un conocimiento y una experiencia similar: una vez validada la propuesta de valor, el reto se convierte en uno de lanzar un producto o servicio al mercado, para la cual se requiere del concurso de profesionales de diversa especialización: marketing, ventas, servicio al cliente, SEO, supervisión de operaciones, etc.

Compartir tu visión te ayudará a definir una relación ganar-ganar con aliados potenciales, quienes pueden representar una ventaja competitiva única para el lanzamiento de tu producto o servicio final.

  • Inversores potenciales: dependiendo del éxito alcanzado durante el ciclo de desarrollo del producto, será necesario preparar un plan “GotoMarket” y un “pitch” para inversores potenciales. En este tipo de reuniones el inversor quiere estar seguro de entender la visión del fundador: la percepción que le dejas sobre tu capacidad de liderazgo y tu visión, serán más importantes para la toma de decisiones del inversor, que los atributos del producto o tu plan de negocio.

Otro elemento clave a fortalecer es tu sentido de realidad: muchos fundadores piensan que por haber sido admitidos a un programa de aceleración reconocido, su trabajo se facilita y los recursos y aliados aparecerán como por arte de magia. En realidad, una incubadora o aceleradora dan –al equipo directivo de la startup-  acceso a un “network” ideal para presentar y validar su propuesta de valor, y –en algunos casos- mentores que te orientan en el diseño de un plan de trabajo que optimiza los recursos puestos a tu disposición. Sin embargo; los activos de tu propiedad son, en esencia, los mismos con los que llegaste al programa: tu idea de negocio, unos aportes del promotor del programa, que apenas te alcanzarán para validar tu hipótesis de valor (ante clientes y usuarios potenciales) y el capital humano que te acompaña.

Un buen directivo debe ser capaz de asumir riesgos moderados en un ambiente de alta incertidumbre que caracteriza a toda iniciativa de emprendimiento, sobre todo, las enmarcadas en el sector de las Telecomunicaciones e Informática (TIC). Mientras más disruptiva sea la propuesta de valor, mayor será la incertidumbre asociada al grado de aceptación por clientes y usuarios potenciales. Aquí es donde adquiere su mayor utilidad el uso de las técnicas de la metodología Lean: cómo el uso del MVP (Mínimo producto viable) y del ciclo de diseño, prueba y ajuste del MVP: fallar temprano y pivotar a una propuesta alterna te ayudan a preservar recursos financieros y capital humano clave para el relanzamiento de tu iniciativa.

Una destreza importante, pero no tan apreciada como las mencionadas anteriormente, es la necesidad de desarrollar una adecuada capacidad de escucha activa: el beneficio potencial de un socio, aliado, o mentor depende de tu habilidad de analizar y reflexionar con serenidad y objetivamente, puntos de vista ajenos al equipo de emprendimiento.  Solo así podrás explotar el potencial de tu propuesta de valor: escuchar y aprovechar las habilidades de cada  uno de los aliados de tu iniciativa es una oportunidad de capitalizar el inmenso potencial  de aprendizaje que representa cada emprendimiento.

Finalmente, no olvides por qué escogiste esta vía de desarrollo personal y profesional: eres una persona creativa, que ve oportunidades donde otros sólo ven obstáculos.  Una recomendación final: tienes toda la derecha a aspirar que tu propuesta genere riqueza. Mientras mayor sea tu realización profesional y personal recuerda que tienes una deuda pendiente con la sociedad,  en cada región donde expandas tu negocio: contribuir con un programa de responsabilidad social al bienestar de sus comunidades.

¿Piensas que deberíamos incluir otra habilidad clave para emprende con éxito? Te agradeceríamos mucho si nos la hicieras llegar como comentario. Aceptar otros puntos de vista enriquece nuestra experiencia.

 

Artículo publicado en estudios de mercado profesionales extraído de http://www.emprenderalia.com/el-perfil-ideal-para-emprender-con-exito/?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+Emprenderalia+%28Emprenderalia%29

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